lunes, 23 de noviembre de 2009

APOYO A UNA GRAN AMIGA Y ESCRITORA

hola amigas, primero daros las gracias por estar ahi, se q ultimamente no he podido estar por aki pero no ha sido culpa mia, me han cortado el internet y el telefono en una reforma en mi calle jejejeje, pero bueno ahora lo q kiero pediros es apoyo para una persona maravillosa q esta de bajon, es mi amiga MARISOL de HEAVEN IN HELL, ella cree q la gente a perdido interes por su historia la cual esta genial, ya va por el segundo libro y es fantastica y poco vista, os invito por favor a pasar por su blog http://heaveninhellsaga.blogspot.com/ y a leer su magnifica historia, de verdad q os la recomiendo y espero sinceramente q os guste tanto como a mi y q entre todas le podamos subir la morar a una persona tan maravillosa, buena y talentosa como es marisol.
espero de verdad vuestra ayuda. 
muchas gracias por todo 
besitos


PD: no os preocupeis en cuanto me arreglen internet os traere el siguiente capi y algunas sorpresas
besos

miércoles, 11 de noviembre de 2009

CAPITULO 4 DE ATARDECER

bueno mis fieles seguidoras aki les dejo el tan esperado capitulo, perdon por la demora, pero les prometo que es q ultimamente he estado liada jejejej demasiado curro, bueno espero q les guste, ya veran, en este capi se revelan cosas q aun no han salido pero q salen en el siguiente libro de la continuacion de adiccion, pero bueno, espero haber alcanzado las expectativas jejejeje


besos

Capítulo 4: Pillado



Me levanté tarde, pero más feliz de lo que nunca lo había hecho, aún no podía creerme lo que había pasado la noche anterior, pero sobre todo, aún no me creía que Bianca estuviera dispuesta a estar a conmigo sin importar que pensara la gente que no s rodeaba.


Los rayos del sol ya estaban bastante altos, al mirar el reloj me di cuenta de que eran casi las diez de la mañana, había dormido casi diez horas, todo un logro para mí. No es que sea el chico más madrugador del mundo, pero sí que no suelo dormir demasiado, las guardias solo me permitían dormir algunas horas, eso es todo, pero esta noche había aprovechado cada momento de la noche soñando con ella y eso había hecho que mi mente no quisiera regresar del mundo de los sueños.


La verdad es que no tenía mucho que hacer, con las guardias diarias intentaba hacer todas las tareas que podía, aunque no siempre lo conseguía, sin embargo, el sábado con la ansiedad de la fiesta a la que Bianca iba a ir, la única forma de distraerme fue ponerme al día en todos mis trabajos, así que no tenía nada que hacer en el día de hoy.


Ummmm, pensándolo bien si que tenía que hacer algo. Había llevado a cabo guardias para estudiar el terreno en el que me movía y aprender todo lo que pudiera sobre los contrincantes que se encontraban en aquel lugar y a los que no soportaba. Sonreí, pues desde mi primer día en este lugar había tenido enfrentamientos con algunos legítimos, bueno más bien con uno de ellos en la mayoría de los casos, Erich, ese prepotente me ponía de los nervios, no era nada justo con los demás, aunque me estaba dando cuenta de que el mal trato que le daba a aquellos alumnos que no eran como él era, estaba convencido, por envidia, él, el magnífico, el superior, el que se creía más que nadie, envidiaba a aquellos con los que se metía. ¡Ja! eso era bastante gracioso y bastante patético si nos ponemos en que él fue en algún momento como todos ellos, pura ironía, sí señor.


Me desperecé y miré a mi alrededor. Vic no estaba, era raro pues no solo dormía como un lirón, sobre todo los fines de semana, no he visto una persona que duerma más que él, pero hoy parecía que se había levantado pronto.


Me duché y vestí, pero Vic no apareció en ningún momento. Era extraño, pues casi siempre andaba por el cuarto hasta el mediodía. Aún así fui a buscarlo, total no tenía nada mejor que hacer, el día anterior me había cundido y tenía todas mis tareas terminadas para el día siguiente.


Cuando salía del cuarto decidí dirigirme al aula de informática donde había cuatro ordenadores que parecían de última generación, aunque no podía estar muy seguro pues nunca he estado a la última en tecnología. Me había propuesto mirar algunas cosas sobre el lugar en el que me encontraba y mirar mi correo, no es que tuviera muchas expectativas de tener alguno, pues solo tendría correo si algo no iba bien en casa ya que este método de comunicación no era lo bastante seguro, según decía mi madre, para decir cosas importantes. Lo abrí lo primero de todo, sorprendiéndome de que en mi bandeja de entrada hubiera un mensaje, al principio me tensé, pero tras fijarme en el remitente todo mi cuerpo se relajó, era de Dana, la mejor y prácticamente única amiga que tenía y con la que más experiencias había vivido. Aún así, la preocupación me asaltó y lo abrí de inmediato.


¿Qué tal Luc? Espero que tu estancia esté siendo de lo más divertida, pues por lo que veo aún no has regresado al cuartel general ni has salido huyendo, eso demuestra que, o esos capullos te han comido el cerebro y te has vuelto como ellos, cosa que dudo pues si no estaríamos todos muertos, jejjejejeeje, o hay algo interesante en esa Academia que te ata allí, oooooooo, una tercera opción es que de verdad le hayas hecho caso a tu madre y te estés ciñiendo al plan, aunque eso sería de lo más aburrido si quieres mi opinión chaval y espero que al menos estés dándole caña a esos anormales, pero eso sí, no se te ocurra meterte en problemas ¿ok? eso no sería lo más lógico ya sabes que puedes salir herido y no te lo perdonaría nunca si es así ¿te has enterado? bueno eso espero, aún así que sepas que la apuesta sigue en pie jejjeejjejjejjee aún tengo la esperanza de ganarla, ummmm, me pregunto cuánto más resistirás. Bueno espero que en navidades nos cuentes todo lo que haces por aquel espeluznante lugar.
Y hablando de todo un poco, que sepas que por aquí todo sigue igual, aunque debo decirte que tu padrastro está que sube por las paredes, pues te recuerdo que ibas a mandar un "informe" cada semana sobre tus progresos y aún no has mandado ninguno, sé que no es santo de tu devoción, pero más vale que hagas algo al respecto si no quieres que vaya él mismo a buscarlos ¿ok? tu madre tuvo que pararle ayer los pies para que no lo hiciera, así que más te vale que me respondas o seré yo quien vaya a buscarte en persona ¿entendido?
Bueno no creo que se me olvide nada que decirte, pero si lo hago ya me acordaré.
Espero tú respuesta ¿ok?
Saludos.


Releí dos veces más el e-mail de Dana antes de responderle. Me había reído mucho con algunas cosas que me contaba, pero no quería dejarlo sin responder ya que me lo había mandado hace dos días y había cosas como la de mi padrastro que no podía dejar que sucedieran ya que su mal genio podía estropearlo todo. Agarré el teclado del ordenador y con bastante lentitud, pues no se me daba muy bien escribir con los malditos botones, le respondí:


¡Ey, qué pasa chica! No te preocupes por aquí todo bien, bueno todo lo bien que se puede estar estando rodeado de personas que se creen más por lo que son y lo que se creen ser, que de intentar pasar desapercibidos, no me malinterpretes no es que se pongan a gritar a los cuatro vientos que es lo que realmente son, pero sí que sus actitudes hacia los que no son como ellos los descubre ampliamente ante personas que sí saben lo que realmente esconden.
Por el momento no he mandado ningún informe porque no hay nada que contar, sigo con la búsqueda de algo útil que podamos usar para entender mejor de qué va este rollo, pero de momento nada y aún no me ha sido posible acceder a “cosas que contengan esa información” –
ummmmm no sé si Dana se daría cuenta de que a me refería, pero sabía a la perfección que se encargaría de enseñarle el mensaje a mi madre o, al menos, de hacérselo llegar, con lo cual contaba, y ella si iba a saber a qué me refiero con eso – la maldita arpía no sale de su escondrijo ni aunque la paguen, pero en cuanto pueda colarme en su madriguera y ver que puedo hallar os lo comunicaré, dile a mi madre que no se preocupe y al otro también, dile que no haga nada que me pueda hacer “quedar mal” porque si no… bueno ya sabes a que me refiero, mejor lo dejo ahí.

Por lo demás no te preocupes, no es que no me apetezca de vez en cuando cargarme a alguno de esos malcriados, jejejjeje, de hecho uno ya desapareció, pero no te preocupes, lo de dar caña es lo mío ¿no crees?
Bueno por ahora no puedo contarte nada más – ummmmmmmm quizás podría contarle lo de Bianca, bueno mejor no – así que lo dicho morena, te dejo, no quiero que me pillen ¿ok? Dale recuerdos a todos y tranquilízalos. Dile a mi madre que estoy bien
Venga abrazos y saludos
Pásalo bien


Releí el mail dos veces, creo que ponía todo lo que quería decir sin desvelar demasiado sobre mis verdaderas intenciones, no me fiaba ni un pelo de la arpía de la directora de este sitio, era capaz de espiar a los alumnos para tenerlo todo “bajo control”, pero esperaba que Dana pudiera acceder a él antes de que mi padrastro ganara a mi madre y descontrolara las cosas.


Salí de la sala de ordenadores y me dirigí a los prados, el día estaba brillante y la luz resplandecía por doquier, así que con el buen tiempo que hacía supuse que encontraría allí a Vic.


Tras dar varias vueltas por los alrededores de la Academia, me extrañó no encontrarlo. La preocupación comenzó a asaltarme, pero no me podía permitir ponerme nervioso y perder la poca calma que tenía, no en aquel lugar.


Vi a un compañero de Vic con el que él solía pararse y hablar bastante. No me acordaba de su nombre, pero no quería asustarle, ummmm, al final lo llamé cuando me encontraba bastante cerca.


- ¡Oye chico! – le grité un poco más alto y más rudo de lo que hubiese querido. Él se volteó tras dudar unos segundos y me miró atentamente para después apretar el paso. Yo prácticamente corrí tras él - ¡oye, perdona, no corras! – al final lo alcancé y conseguí agarrarle el brazo, al fin y al cabo era más rápido que él - ¡espera tío, para! – le dije cuando comenzó a atacarme para soltarse de mi agarre – oye tío quieres parar de una vez, solo quiero preguntarte si has visto a Vic – fui directo al grano, no quería perder los nervios con él y pagar toda la rabia que albergaba con una persona que no se lo merecía. Al hablar de Vic se paró y me miró ceñudo. Le solté – bueno qué ¿lo has visto?


- ¡Eh! Sí – dijo tímidamente, pero desafiante – está en la sala de estudios, allí lo he dejado hace un rato…, puede ser que todavía lo encuentres.


- Ok, gracias y perdona por lo de antes – le dije.


Me miró ceñudo como respuesta, pero al ver que me alejaba y lo dejaba en paz, se alegró y siguió su camino.


Me encaminé a la sala de estudio, no sin dejar de pensar en lo que Dana me había dicho sobre mi padrastro. Estúpido cabrón de mierda, lo odio, lo odio con todas mis fuerzas, aún no sé qué cojones vio mi madre en él, lo que si era cierto es que si no me apresuraba a darle un informe con algo para tranquilizarlo sería capaz de cumplir su amenaza y ya sabía que conllevaba aquello.


La bombilla en mi cerebro se activo. La Señora Bethany no se encontraba hoy en la Academia, había salido según había escuchado por los pasillos mientras me dirigía a la sala de informática, de hecho, algunos de los alumnos legítimos de Medianoche habían planeado hacer no sé qué reunión, ummmmm quizás luego debería pasarme a investigar, pero por ahora debía concentrarme en entrar en la cochera. Sí, eso era exactamente lo que iba a hacer, pero necesitaba a alguien que me cubriera las espaldas y ese alguien era, sin duda, mi compañero de habitación. Puede que Vic fuera algo extravagante y alocado, pero era un buen tío y sería discreto.


Llegué casi a la carrera a la sala de estudio, no sabía de cuánto tiempo disponía, pero no creo que de mucho, ya casi era mediodía y la directora podría volver en cualquier momento. Efectivamente Vic se encontraba allí tal y como me había dicho el tipo. Me acerqué a él y me senté a su lado.


- ¡Vic! – lo llamé casi sin aliento


- ¡Hey tío! ¿qué haces aquí? - me preguntó sobresaltándose un poco y mirando mi extraña actitud


- Necesito que me ayudes con algo


- No puedo estoy en medio de un tema súper chungo para un trabajo


- Ok – fue lo único que se me ocurrió decir ¿a quién iba a pedir ayuda ahora? ¿a Bianca quizás? No, no podía pedírsela a ella, nuestra relación había avanzado un gran paso, pero aún no estaba seguro de qué pie cojeaba en todo este asunto del Internado. Tras unos minutos comiéndome la cabeza para encontrar a alguien que me cubriera las espaldas, llegué a la conclusión de que debía de hacerlo solo – Hey tío me voy ¿ok?


- Espera, ¿a dónde vas?


- Necesito comprobar algo y quería que me ayudaras, pero si no puedes no pasa nada – algo debió de ver en mi cara, porque sin más recogió sus cosas, le dijo no sé qué al chico con el que estaba trabajando, el cual me lanzó una mirada de odio, pero al reconocerme se quedó parado y la bajó instantáneamente. Los tres salimos de la sala de estudio


- Hasta luego Leny – le dijo al chico que no levantó la mirada del suelo en ningún momento – te veo más tarde ¿ok? – añadió, el chico solo asintió y se apresuró hacia el lado contrario a donde nos encontrábamos nosotros. Parece que no solo no le caía bien a los legítimos de Medianoche, al parecer a los que eran normales tampoco.


- Umm creo que no le gusto – le dije a Vic frunciendo el ceño.


- No creo que le gustes a nadie tío ¿has intentado relacionarte con los demás sin llegar a pelearte alguna vez? – vale tenía su punto, pero siempre me peleaba con los legítimos de Medianoche, que yo supiera todavía no había tenido ninguna bronca con alguien que no fuese de ellos


- Contigo


- Además de conmigo – bufó divertido – aunque no sé, a lo mejor a mí tampoco me caes bien, estás zumbao ¿lo sabías?– se rió tras decirlo de tal forma que me contagié de él.


- Solo me peleo con los abusones – le repliqué de todas formas


- Cierto, pero eso no quita que la gente no se fie mucho de ti, tú también pareces un poco abusón ¿no crees chaval?


- De acuerdo, no voy a discutir eso, ahora ¿podrías ayudarme con algo?


Le conté que quería entrar en el despacho de la directora para ver si mi madre había firmado el permiso para ir a Riverton los fines de semana que la Academia hiciera excursiones para ir allí. La escusa coló y Vic se ofreció voluntario para vigilar por si se acercaba la directora o algún profesor mientras estaba dentro, le parecía de lo más guay tener que hacer de vigilante mientras se cometía un crimen, de verdad que este chico no tenía remedio. La verdad era que era muy fácil de convencer cuando se trataba de hacer locuras.


Nos acercamos como por casualidad a la cochera. Estaba situada cerca del lago, al otro lado de los prados, prácticamente escondida entre árboles en el suyo propio, parecía que antes se hubiese usado como cuadra de caballos, al menos eso parecía exactamente. Tenía que reconocer que la directora era mucho más peligrosa de lo que había creído, sabía esconderse bien y ¿qué mejor manera de hacerlo que vivir fuera del internado, lejos de alumnos y profesores que no la molestarían ni indagarían en sus cosas? Solo esperaba que ella y las alarmas no se llevaran bien.


- Ahora vuelve y quédate cerca, si hay problemas toses ¿ok? – asintió y se dirigió al lugar que habíamos planeado para que yo pudiera oírlo en caso de emergencia.


Una de las ventanas de la casita estaba medio abierta, me alegré por ello, al parecer había acertado en lo de que la arpía no usara alarma. Levanté el batiente de la ventana y, tras apartar un par de macetas que había en el resquicio, me adentré en la cueva del enemigo.


La habitación donde me encontraba parecía ser el dormitorio de la Señora Bethany, pero también su oficina personal, ya que encima de un escritorio que tenía había innumerables papeles relacionados con la Academia. Los ojeé rápidamente, pero solo eran facturas de cosas del Internado, nada que me sirviera. Me adentré más en la casa, abrí puerta tras puerta hasta que encontré lo que quería, su ordenador personal. Lo encendí, no tardó demasiado, así que supuse que era de última gama. La directora era una tipa con mucho poder en aquel lugar, pero también denotaba arrogancia y superioridad allí donde iba, además de ser muy meticulosa y observadora, eso se denotaba en su máximo control de las cosas, era calculadora y lo medía todo al milímetro.


No me fue difícil acceder a información sobre los alumnos de la Academia, nombres, vidas, antepasados, etc…, lo que sí me llamó la atención fue como tenía diferenciados a los alumnos legítimos y a los no que no pertenecían a aquel lugar, los historiales eran diferentes. Por suerte tenía un pen donde poder guardar toda aquella información, así que la copié en él, de seguro si había algo importante en aquellos archivos lo descubriría. También copié varios archivos más que parecían interesantes y, con suerte, serían relevantes para mi búsqueda.


Cuando me disponía a apagar el ordenador algo llamó mi atención. En la barra inferior del ordenador había un logotipo como de una flor tropical, lo extraño era que yo había soñado con una parecida varias veces en los últimos meses, ummmmmm interesante. Abrí el archivo y en él había información sobre una flor llamada “la flor de la espiritualidad”, no me sonaba de nada, pero si la arpía tenía todo aquello en una carpeta a parte, a lo mejor, era importante y estaba relacionado con lo que estaba pasando en aquel lugar. Lo copié antes de cortar el ordenador y salir de nuevo por la ventana, salté hacia la hierba aterrizando sobre ella con facilidad, me volví hacia la ventana, coloqué de nuevo las macetas y bajé el batiente a su situación inicial.


Cuando me volví para volver junto a Vic, allí estaba ella, despampanante bajo la luz del sol, su pelo rojizo tenía reflejos en los que nunca me había fijado que la hacían aún más bella, entonces me acordé de que me acaba de pillar saliendo de la casa de la directora, sus padres eran profesores, si no la convencía de que me cubriera estaba perdido, pero en ese momento no podía pensar en otra cosa que no fuese en lo bella que estaba bajo la luz del mediodía.


- Eh – dijo tímidamente, tenía un aspecto tan culpable que parecía que había sido ella quien había cometido alguna infracción.


- Eh, ¿por qué no estás comiendo? – le pregunté con una sonrisa en mis labios, cualquier otra persona me hubiera reprochado lo que estaba haciendo y correría en busca de algún profesor para delatarme, pero ella solo me miraba luciendo preciosamente culpable.


Me acerqué a ella caminando tranquilamente, despreocupado, ella no iba a delatarme, lo leía en su cara. Aún así no quería pasar por alto el hecho de que me hubiese pillado, pero ¿qué le diría? “No, es que me he colado en casa de la directora para investigar porqué ha cambiado las reglas de la Academia este año”. Sí claro, eso era lo mejor ¡ja!. Ella adoraba las reglas, era una “chica buena”.


- Creo que no tengo hambre – habló de repente, pero no sé muy bien lo que me dijo


- No es propio de ti pasarlo por alto – le dije sin saber si estábamos o no hablando de lo mismo


- ¿La comida? – dijo sorprendida


- Hombre, yo me refería antes, a por qué no me has preguntado qué estaba haciendo en la oficina de la señora Bethany – bajó la mirada y dejó salir de entre sus hermosos labios un pequeño suspiro, parecía aliviada de que hubiese sacado yo el tema en vez de ella, nos volvimos a mirar y nos comenzamos a reír.


- Vale, si estás dispuesto a decírmelo, entonces no puede ser tan malo. – siempre tan acertada con sus preguntas y sus comentarios. No le podía decir la verdad, pero podía decirle lo mismo que a Vic. Le conté lo de la firma de la autorización por parte de mi madre, adornándolo un poco, la verdad es que química no era mi asignatura preferida y la metí como parte de la mentira – Ya, claro ¿la has encontrado? – me preguntó, era realmente curiosa cuando quería.


- Sí. Soy libre como un pájaro aunque saque un notable – le contesté complacido de mi capacidad para mentir y que la gente no me pillara, aún así algo en mi interior me ardía, pero no era la misma sensación que había tenido las últimas veces que había estado con ella, era la quemazón de la culpa, por mentirle a ella, pero ahora no podía revelarle mis secretos, aunque mi interior clamaba por ello.


- ¿Por qué son tan importantes los fines de semana libres? En verano estuve en la ciudad antes de que llegarais vosotros , créeme, no hay mucho que ver – la verdad es que pensándolo bien los fines de semana podrían convertirse en tiempo para escapar de todo junto a ella, eso me gustó.


- Se me ha ocurrido que podría ser un buen lugar donde poder pasar un tiempo juntos lejos de Medianoche ¿qué te parece? – en cuanto las palabras dejaron mi boca las manos comenzaron a sudarme ¿y si decía que no?, suponía que diría que si solo por la conversación que habíamos mantenido la noche anterior, pero en realidad no me conocía y no sabía si aceptaría o no. Al mirarla me asusté por un momento, se había quedado pálida y con una cara desencajada, pero antes de que pudiera preguntarle lo que le pasaba y retractarme de mi ofrecimiento me sorprendió como siempre hacía.


- Si. Es decir, que me gusta la idea


- A mí también – le dije con una sonrisa enorme dibujada en mi cara. Para entonces ya estábamos mezclándonos con los demás alumnos. Vic me vio, pero cuando me vio acompañado solo sonrió y me asintió en señal de aceptación. En estos días solo le había comentado algo sobre Bianca, pero la mayor parte de las cosas me las había guardado para mí mismo.


Notaba intensamente el calor entre nuestros cuerpos, deseaba cogerla de la mano, abrazarla y besarla allí mismo, pero no podía, no le podía hacer eso ¿cómo se lo tomaría? Además no quería que la atención que yo atraía recayera también en ella, eso solo sería un impedimento para controlar mi genio en este lugar.


Ella me sacó de mi ensimismamiento comentándome que en Riverton había un cine donde echaban pelis antiguas, a mí me encanta el cine, me alucinaban las pelis de todos los géneros, antiguas, modernas, de ciencia ficción…, si en este lugar había algo que me interesara y a la vez me divirtiera y todo ello junto a ella, eso iba a ser lo que me podría ayudar a bajar mi genio y a hacerme aguantar en este lugar. Al ver mi entusiasmo me regaló una maravillosa sonrisa, la cual grabé en mi cabeza, me despedí de ella y me marché a mi cuarto. Me hubiese gustado quedarme más con ella, pero me dijo que tenía que terminar las tareas del día anterior, pero eso no consiguió bajarme el ánimo.


Cuando abrí la puerta de mi habitación, mi compañero de habitación me recibió con un sonoro silbido.


- ¿Y bien? – me preguntó


- ¿Y bien qué? – me quise hacer el loco para que lo dejara pasar, pero no lo hizo.


- ¡Venga ya tío! ¡No me lo puedo creer! Estos días me dices que no hay ninguna chica que te atraiga, solo me refieres que hay una piba a la que conociste el primer día y hoy esa preciosa chica me pregunta por ti y luego les veo salir juntos de entre la privacidad de los árboles sonriendo como dos tablas de surf compatibles, eso es algo chispeante chaval.


- Déjalo quieres – su descripción de Bianca como preciosa me había hecho enojar, no estaba preparado para que nadie y, menos mi compañero de habitación, la viera de otra forma que no fuera como una compañera más.


- Ok, ok, ok, esto es más chungo de lo que parece, no es una simple amiga ¿verdad? – la suspicacia de Vic al ataque ¡mierda! - ¡hey tío no hay problema! Ella solo será una amiga, los compadres no se arrebatan las chicas de sus amigos, así que tranqui ¿ok?


- Gracias – le dije más tranquilo, la verdad es que Vic era un tío muy legal y un buen amigo, claro que para mí era raro, nunca había tenido un buen amigo, solo tenía a mi hermanastro Adam y, la verdad, no es que habláramos mucho de chicas y, si lo hacíamos, era para burlarnos el uno del otro, pero con Vic era diferente, él era diferente y eso me hacía más fácil mi estancia aquí.


- Bueno, ya hice mi ronda de preguntas en el interrogatorio, así que me voy


- Ok, yo me quedo aquí, voy a ver si puedo dormir un poco más


- Tope tío, si pudiera haría lo mismo, pero tengo que terminar este trabajo con Leny, pero en cuanto termine me uno a ti – los dos nos echamos a reír, las ocurrencias de Vic eran de lo más extravagantes.


- Ok, pero cada uno en su cama ¿de acuerdo? – bromeé entre risas


- Lo has pillao colega – tras lo cual salió de habitación


Me tumbé en la cama, por mucho que hubiese dormido estaba reventado, la verdad es que no era muy bueno para mi salud compaginar clases, trabajos y vigilancias.


¡Mierda! Me levanté de sopetón y me dirigí de nuevo a la sala de ordenadores. Encendí uno y me dispuse a enviarle un mail a Dana, pero esta vez debía tener cuidado, los otros tres ordenadores estaban ocupados y no precisamente por gente que me gustara. Entré en mi correo y escribí rápidamente:


¡Hey morena! Dile a la gente que he conseguido meterme en la cueva del lobo, no es que haya encontrado mucho, pero tengo algunos archivos en el pen que a lo mejor nos ayuda en este caso, solo espero que así sea, así que dile a mi padrastro que en cuanto tenga vacaciones tendrá todo lo que quiera para poder investigar ¿ok?
Bueno eso es todo, dile también que si surge alguna novedad te cuento ¿estamos?
Venga te dejo, saludos y besos


Envié el mail rogando porque lo leyera en poco, no sería fácil para ella hacerlo, pero sé que estaría esperando por mi respuesta al anterior mail. Me pregunté en donde estarían ahora y que estarían haciendo. La envidia de darle su merecido a quien de verdad se lo merecía libremente me reconcomía por dentro.

Cuando me iba a levantar para marcharme de allí, me di cuenta de que llevaba el pen encima, tenía mucha curiosidad por saber más sobre la flor del archivo secreto de la directora. No, en ese momento no podía mirar eso, estaba rodeado por el enemigo, sin embargo, volví a meterme en internet, abrí el google y metí “flor de la espiritualidad”, me sorprendí al ver que casi todos los resultados tenían que ver con leyendas y supersticiones de tribus de las que ni siquiera había oído hablar, pero en todas ellas decía que esta flor ayudaba a dar la inmortalidad a una persona y la hacía transcender a un nivel superior en la vida ¿por qué querría la Señora Bethany saber sobre algo así? ¿Ella necesitaba la inmortalidad? Eso no me cuadraba y menos sabiendo lo que sabía de ella, así que no creo que sea por la inmortalidad. Me fijé un poco más en la flor, era bella así que supongo que será para saber cómo criarla y cuidarla, “lo averiguaré cuando consiga ver de qué tratan los archivos que me he descargado”, pensé.

Volví a mi habitación, tenía que descansar antes de hacer la ronda de la noche y más si algunos de los legítimos tenían pensado aprovechar para hacer alguna de las suyas sin estar la jefa.

Me arrastré hasta la cama, de verdad que estaba hecho una mierda, pero conseguí ponerme el pijama y meterme dentro de las sábanas. Y ya no me acuerdo de nada más.

Fin del capítulo

bueno espero que os haya gustado, si os fijais bien en este capi hay cosas que aun no sabeis pq aun no sale ejejeeje saldra el siguiente libro q escribire para continuar adiccion, pero bueno hay cosas que deberia poner y no sabeis la lata q me ha dado el capi, pero espero q os haya complacido jejejejeje
besitos, espero vuestros comentarios

miércoles, 4 de noviembre de 2009

CAPITULO 6 DEL INFIERNO DE SER ESPECIAL (PAULA)

Bueno chicas aki les dejo el 6º capi de Pau, espero q les guste y q amortigue un poco los nervios hasta que yo acabe mi capi jejejejejeje, espero les guste
besos

Capitulo 6

Me adentré en mi casa, parecía solitaria, pero unos ruidos me dijeron que mi hermano estaba dentro de su habitación, ya sabría que estaba allí así que no me importó, a decir verdad quería hablar con él, pero no me apetecía en ese momento, me sentía perdida y confusa, muy confusa, lo que acababa de pasarme en la heladería me tenía incómoda, además las últimas palabras de Denzil me tenían como loca, no entendía porqué me pedía perdón por lo que me hacía, me daba muchos motivos para volver a mis inseguridades de antes... Pero no quería arruinar el momento, además sabía que lo estaba pasando mal, aunque no me lo dijera, sufría y yo solo tenía en mente al camarero de la heladería ¿qué rayos me estaba pasando?
Me había llegado una invitación de parte de Denzil al gran baile donde iría toda la ciudad, realmente irían todos los que eran “comunes”, no me sentía muy cómoda yendo a una fiesta de todos comunes siendo yo una marginada, aunque oficialmente no lo fuera, aún no, pero tampoco le iba a rechazar la invitación a mi novio, así que usaría con Libia todo el día del viernes para comprarnos vestidos, zapatos, ir a la peluquería y ponernos hermosas. Libia iba acompañada del mejor amigo de Denzil, Eric, parecía que se habían puesto de acuerdo para usar nombres ingleses.
De repente sonó el teléfono.
-Hola.
-¡¡Maya!!
-Libia ¿Qué pasa?
-¡Mi madre me prestara el auto para ir de compras!.
-Pero ¡si no puedes manejar!.
-Lo sé, ¡por eso la felicidad!, te paso a buscar en 5 min.
Cortó y me quedé con la pregunta de ¿Desde cuándo sabes manejar? quemando en mis labios.
Subí rápido a mi cuarto, agarré mi cartera plateada que nunca me podía olvidar, y una chaqueta por si refrescaba, entonces escuché la bocina.
Cuando salí afuera pude ver a Libia en el Fiat rosa de la madre, la imagen era tan cómica. Apenas subí Libia me gritaba de la emoción.
-¡¡¿¿Puedes creerlo??!! ¡Porqué yo no!, a mi madre seguramente se le salió un tornillo o no ha querido traernos.
-Definitivamente la primera opción.
-¡JAJA! – me intentó mirar ceñuda, pero la ilusión no la dejó hacerlo correctamente, sonreí.
-Bueno ¿vamos al shopping o al centro?
-Al centro es mejor, es más económico y hay más variedad.
-Tienes razón, y ¿cómo va todo con Eric?
-Perfecto, creo que en poco tiempo vamos a estar saliendo.
-Estas confiadísima.
-Obvio lo tengo que estar, no todas tenemos la suerte de que el más sexy del colegio se fije en una, y encima tú no lo busques.
-Es que yo no tengo grandes expectativas en el amor.
-No tienes grandes expectativas en nada, ni en el amor, ni en tu don, ni en el colegio y me atrevo a decir que ni en la vida.
Me quede callada, eso me había dolido, yo no era así si esperaba cosas de la vida, pero era realista, sabía que no iba a lograr hacer cosas importantes ni que valieran mucho la pena, no me quería mentir a mí misma, lo de Denzil era suerte, además, era temporal, de eso estaba casi segura, aunque él me repitiera una y otra vez que no le importaba, estaba segura de que duraría hasta que él se dé cuenta de que sale con una marginada.
-Hay lo siento Maya si te molesto el comentario… me fui de lengua.
-No, no te preocupes es como vos me ves, pero si tengo expectativas en la vida. – le dije un poco ruda.
-Bueno no importa, cambiemos de tema… ¿Cómo anda tu relación con Denzil?
-Bien…Supongo.
-¿Cómo que supongo? ¿Se pelearon? - Me preguntó, no sabía que explicarle, no sabía si debía confiar realmente todo lo que estaba pasando con él, pero es mi mejor amiga, si no confió en ella, ¿en quién voy a confiar?
-No, no sería exactamente una pelea, pero no sé, siento que algo raro pasa entre nosotros.
-¡¡¡¿¿Van a pasar a la tercera Base??!!! – lo preguntó tal cual, emocionada hasta el punto de saltar en su asiento.
-¡¿Qué?! ¡Dios, NOOOOOOOOOOOO! – la miré indignada, a veces era muy entusiasta, lo cual siempre hacía que me metiera en líos - Libia que mal pensada eres.
-Oops… Lo siento. Sigue.
-No sé, siento que él está raro, o que yo, si, yo realmente estoy rara, porque él es 100% amor.
-¿Rara cómo?, ¿enferma físicamente o mentalmente?.- me la quedé mirando con una cara que decía todo. - Ay lo siento... bueno perdón sigue, sigue.
-No, no importa son vueltas mías.
-OK como tú quieras.
El resto del camino hasta el centro fue silencioso, de vez en cuando nos poníamos a cantar al ritmo de Arjona, pero Libia no tocó más el tema de Denzil, lo cual me vino bien, pues no quería discutir con ella ni tener que pararle los pies, ya que tampoco yo entendía muy bien del todo que estaba pasando entre nosotros como para tener que explicárselo a alguien.
Cuando llegamos bajamos rápido ya que estábamos re emocionadas.
Después de dos horas de entrar y salir de los negocios pude encontrar el vestido perfecto, el cual sabía que le iba a encantar a Denzil. Era rosa con pequeños detalles brillosos y plateados, que era con una caída de costado por un lado y del otro lado corto. Me faltaban unos zapatos perfectos y el combo iba a ser genial.
Me imagine a mí y a mi novio bailando juntos, no iba a quedar tan mal a su lado, capaz que llegaba un poco a igualarlo, CAPAZ. Sin embargo, mis pensamientos comenzaron a tomar otro rumbo, ya no era Denzil el que bailaba conmigo, era otro, alguien con el que me sentía de manera especial, feliz y contenta, me sentía alguien normal y…….
-Maya, ¡con ese vestido deslumbras! – Libia me sacó de mi ensimismamiento al tiempo justo de cometer un error.
-¿Vos decís?
-Sí, sí y te encontré unos zapatos ideales, son chatitas blancas con brillos plateados.
-¡Genial!, porque el tacón no lo soporto.
-¡Exacto! – me sonrió.
-¿Quién más va a estar en la fiesta?
Y de repente me vino de nuevo la imagen del chico que servía en la heladería, de él en traje, de nosotros dos bailando juntos, de cómo me había hecho sentir sin razón alguna, sin saber porqué y, sobretodo, sin conocerlo, ¿por qué era él quien me hacía sentirme así?, no lograba entender que me pasaba, ¿por qué yo deseaba que él estuviera en esa fiesta?, yo no tendría que desear a otro chico que no fuera Denzil, eso estaba mal, ¿acaso yo estaba fallando?, pero ese chico había cambiado algo dentro de mí, algo que no podía entender del todo, me había hecho sentir especial, feliz y a la vez amada, idealizada, adorada y, sobre todo querida, pero ¿quién era él y por qué tenía yo esos sentimientos tan profundos con una persona que no conocía? De verdad me estaba volviendo loca, en mi interior algo me dijo que esto no me traería nada bueno y por lo visto mi cara no era muy buena ya que Libia me estaba mirando como enojada.
-¿Qué? – le pregunté inocentemente
-¿Me escuchaste algo de lo que te dije? – me espetó casi como si quisiera arrojárseme al cuello
-Como digas. – fue lo único que pude responderle.
Todo el viaje hacia mi casa fue como un sufrimiento para mí, no podía dejar de pensar en el chico de la heladería, tenía que averiguar su nombre, yo quería saber si él iba a la fiesta, necesitaba saberlo.
De repente, al pasar delante de una heladería de las heladerías cercanas al parque donde se encontraba en la que él trabaja, se me ocurrió una idea.
-¿Libia?
-¿Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii..?
-¿Te apetece un helado? – le pregunté ansiosa, esperando que mi ansiedad pasara desapercibida para ella.
-Mm.… No sé tengo que entrar en un vestido…
-¡Dios Libia! Si estas muy flaca. – casi no pude reprimir mis ganas de abofetearla
-Bueno… está bien, vamos por un helado.

Fin del capítulo

bueno pues aki lo tienen, espero q disfruten y q la historia les guste porque a partir de ahora se pondrá interesante jejejejeje o eso me ha dicho Pau, jejejjejee
besos, espero comentarios.