sábado, 3 de octubre de 2009

EL INFIERNO DE SER ESPECIAL (PAULA)

Bueno tras muchos ruegos y peticiones y alguna q otra amenaza (jejejejeje casi todas por parte de yvette DX) aqui os dejo el 4º capi de Paula, os puedo asegurar q esta superbien y seguro q os gusta asi podeis leer algo mientras acabo mi capi jejejejeje, besos.

Capitulo 4

Denzil vino a mi casa de nuevo, teníamos otra cita, él y yo solos por tercera vez esta semana, pero realmente no me importaba, deseaba y disfrutaba de cada momento que pasaba con él. Su mano aferró la mía conforme nos alejábamos de mi casa, caminando lentamente, regodeándonos en cada paso que dabamos el uno junto al otro, sin rumbo ni dirección pero no importaba, nada importaba, solo estar él y yo, eso era lo único importante.
- ¿Qué te apetece hacer?- me preguntó sacándome de mis dulces y felices pensamientos.
- Nada en especial- le constesté con una sonrisa en mis labios.
De repente tiró de mi fuertemente, haciéndome parar en seco,
- ¡Ay!-dije al notar su tirón.
Lo miré, pero no me dijo nada solo me miro con la lujuria en su mirada, nunca me había mirado así y eso me hizo ruborizar y sentir algo sumamente extraño, pero el calor de mi cuerpo se intensificó cuando sus labios encontraron con los míos, me quedé rígida ante la acción, pero me deje llevar por su deseo interiorizandolo como mío.
Los besos comenzaron algo dulces ,lentos y armoniosos, pero luego, conforme el deseo se disparaba, en algo más profundo e incluso un poco brusco. No sé en que momento comencé a sentirme mareada, ni porqué, me entraron nauseas, tampoco supe cuando me separé de él jadeando como una loca y acalorada por los momentos vividos, de lo único que tengo alguna certeza es de lo mal que me sentí, de la angustia y del dolor que me invadieron, pero supe inmediatamente que esos sentimientos no eran míos sino que provenían de Denzil, él estaba sufriendo por algo que no me quería contar, algo de lo que no se sentía orgulloso, algo que le hería, pero lo cual le estaba prohibido confiar a nadie. Le miré a los ojos y vi en ellos aún la lujuria que estaba brillando antes de comenzar con nuestro acalorado momento, pero en ellos también lucía ahora la preocupación. Mis miedos, que había tenido sobre Denzil, salieron en mi mente de nuevo.
- ¿Estás bien Maya? ¿He hecho algo que no haya sido apropiado? – me preguntó como un completo caballero. Negué con la cabeza, aún estaba jadeando y las nauseas no me habían abandonado por completo - Entonces, ¿te sientes mal?
- Un poco – reconocí - ¿Te pasa algo? ¿Estás bien? – mis preguntas le cogieron con la guardia baja lo pude ver en la expresión de su cara.
- No que yo sepa – me dijo con una sonrisa, pero la alegría no alcanzó sus ojos, además había tardado mucho en contestar y eso no me gustaba para nada, esto era más serio de lo que había pensado. Mi cuerpo se tensó y el pánico me atravesó como una daga en el pecho ¿quería cortar conmigo y no sabía cómo decírmelo?¿era eso lo que le pasaba? Ahora sí que tenía que poner en práctica aquello que había pensado hacía unos días y que al final no había hecho, debía pedirle ayuda a mi hermano para que le leyera el pensamiento a Denzil y me confirmara o me negara las suposiciones que me estaban golpeando fuertemente en la cabeza, pero el problema era que si mis miedos eran confirmados ¿qué debería hacer yo?, ¿debería dejarlo o esperar que me deje él?. – Maya me estás asustando ¿qué te pasa?
- No…, no es nada – le contesté vacilante, - solo es que se me olvidó hacer algo en casa y creo… creo que me voy a llevar una buena reprimenda cuando llegue – le mentí titubeando, pero necesitaba llegar a casa y pedirle a mi hermano que fuera malo por mí, no sabía si me había creido o no. – Tengo que volver, lo siento.
- No pasa nada – me sonrió con confianza. “Mala, mala y más que mala, eso no se hace” me golpeé mentalmente por lo que estaba haciendo, a veces me arrepentía y quería confesarle la verdad, pero entonces me decía que si no solucionaba esto, al final, iba a sufrir más de lo que lo hacía en aquel momento.
Llegamos a mi casa en menos tiempo del que nos había llevado el paseo anterior, antes de cruzar la puerta grité muy fuerte en mi mente “¡¡Edur si estás en casa te necesito!!”, pero justo antes de terminar la frase mi hermano abrió la puerta con cara de desconcierto y sorpresa en su rostro, le dejé vagar fácilmente por mis pensamientos y el plan que quería llevar a cabo en menos del segundo que nos llevó atravesar la puerta de mi casa. Cuando Denzil y yo estábamos dentro mi hermano sonrió y dijo:
- Así que, por fin te acordaste de que no habías hecho todas tus tareas ¿eh? – su sonrisa se ensanchó cuando le asentí con fingido arrepentimiento y encogiéndome de hombros, - pero no te preocupes hermanita, te hubiera cubierto las espaldas. – me guiñó un ojo haciéndome saber que me iba a ayudar en todo.
- Gracias – suspiré de alivio aunque en realidad lo hice sonar como un pesar.
- De nada, ahora más vale que subas y lo hagas antes de que regresen nuestros padres. – de nuevo asentí.
- Denzil, no te importa quedarte un rato solo ¿verdad? Solo hasta que termine de hacer mi tarea.
- No pasa nada, te esperaré ¿o prefieres que me marche y regrese más tarde?
- ¡¡NO!! – grité a voz en pleno pulmón. Edur se carcajeó mientras se sujetaba las costillas – quiero decir – dije más serena “Edur por favor, necesito que hagas esto, por favor no me falles” le supliqué a mi hermano mentalmente, él me guiñó un ojo en signo de aprobación – quédate tardaré solo un momento ¿Si? – asintió y se acomodó en el sofá.
Subí las escaleras hacia mi habitación, ahora era el turno de Edur, esperaba que no lo hiciese bruscamente. Dejé la puerta un poco entreabierta para poder escuchar un poco lo que decían en el piso de abajo, lo primero que escuché fue la risa de mi hermano, supongo que al ver mis intenciones.
- Oye Denzil – comenzó mi hermano
- ¿Si?
- ¿Te preocupa algo? – el tono de mi hermano disminuyó hasta convertirse en un susurro apenas audible donde me encontraba, pero lo escuché de todas formas.
- ¿A qué viene esa pregunta? – Denzil parecía un poco asombrado, pero también irritado.
- No, no es nada – se le daba tan bien fingir, sonreí para mí misma le iba a deber mucho a mi hermano– es solo que, bueno, no he podido evitar oír la preocupación en tu cabeza… pero si no quieres contármelo…, bueno…, no es asunto mío ¿no? – pude oír como mi hermano se acercaba a la cocina, dejándole espacio para pensar en lo que le había dicho y leyendo sus cavilaciones, mi hermano era un ser malvado cuando se lo proponía. Pasaron los minutos y yo ya estaba de los nervios cuando escuché a Denzil.
- Edur
- ¿Si?
- Puedo serte sincero
- Pues claro, para que están los compadres – los dos chicos se rieron mientras que mis nervios saltaban en mi cuerpo queriendo escaparse de él.
- Es solo que…, que no sé si estoy haciendo las cosas bien con Maya
- ¿Y eso?
- No me malinterpretes, tu hermana me gusta y le tengo mucho cariño – “oh, oh” – es solo que a veces creo que ella no quiere estar conmigo – “¿Cómo?” – y eso me está abrumando – de repente el silencio se instauró, mi corazón latía a mil por hora haciendo que su sonido me retumbara en los oídos, ¿Por qué Denzil creía aquello? ¿qué había hecho yo para que lo creyera? Mi cabeza comenzó a dolerme de tanto pensar sobre las posibles causas que le habían llevado a aquella conclusión, entonces, la risa divertida de mi hermano llenó el silencio haciéndome brincar del susto.
- De verdad tío que estás loquito por ella ¿verdad? – no oí la respuesta de Denzil, por lo que me imaginé solo habría asentido o lo contrario, lo cual hizo que mi corazón se encogiera, - pero no te tienes que preocupar por eso, Maya solo está pasando un mal momento por lo de que no encuentra aún su don y…
- ¿Y eso le preocupa tanto? – le interrumpió Denzil con voz compungida
- Si, ella está convencida de que no lo tiene y que al no tenerlo tendrá que alejarse de todos nosotros, incluido tú, porque ya no será una común sino una marginada y eso la está atormentando, y … - hubo un momento de silencio – debo añadir que últimamente está haciendo un gran esfuerzo por encontrarlo y todo gracias a ti.
- ¿A mí? – la voz de mi novio parecía ahora esperanzada.
- Si tío, a ti. Desde que comenzaste a salir con ella Maya ha estado más optimista que nunca sobre ello y todo gracias a ti.
- Gracias tío. – aunque parezca extraño me sentí raramente aliviada por la conversación que habían mantenido y más al descubrir que Denzil se preocupaba por mí y que estaba tan pendiente de mi persona como yo lo estaba de la suya.
- De nada, para cuando quieras – Edur comenzó a reírse – voy a ver cómo va mi hermana y ayudarla si puedo, no quiero que te la pases esperándola toda la tarde. Subió las escaleras riéndose al ver donde me encontraba, aún así llamó a la puerta para que pareciera que estaba dentro, le sonreí – Maya ¿puedo entrar? – asentí y le dejé entrar, se dirigió a mi cama y se sentó con aire arrogante en el rostro - ¿Y?
- ¿Y qué?
- ¿Te ha gustado la conversación? – me sonrojé un poco y asentí – debo decir que esta situación me ha parecido muy divertida, pero … - se calló mirándome expectante.
- ¿Pero qué? ¡Vamos Edur no seas ¿ok?! ¡¡DÍMELO!! – le exigí furiosamente.
- Calma, calma hermanita – comenzó a reírse mientras me hacía señas con los brazos para que me sentara y bajara la voz – no querrás que Denzil te oiga ¿verdad? – le hice caso, frustrada y derrotada – así está mejor, y ahora – mis ojos penetraron los suyos queriendo obtener la información de ellos directamente, se rió de nuevo – ahora te diré que tus miedos son infundados, como siempre, Denzil está loquito por ti, pero eso ya lo has oído y, sí, si es verdad que está preocupado, muy preocupado, pero no solo por ti, - mi estómago se contrajo en un doloroso movimiento – también lo está por su madre, está peor y no sabe cómo afrontarlo, está muy triste por ello, pero cuando está contigo se le pasa, pero a veces se siente afligido por pasar el tiempo contigo y dejarla en su casa al cuidado de otros cuando sabe que ella le necesita más a él que a ninguna otra persona, eso lo atormenta, pero también lo hace el tener que dejarte y no verte – me quedé cayada y arrepentida ante aquella revelación, no tenía ni idea de que Denzil se sintiera de esa forma, y yo pensando que era porque no tenía don y que me iba a dejar por ello – No, de eso estoy seguro, le daría igual si tuvieras tres ojos, te lo aseguro, le gustas de verdad, pero lo de su madre lo está atormentando muchísimo y eso junto a que tú no es que pongas mucho por tu parte…. lo está haciendo todo más difícil para él, solo es eso.
- Gracias – le dije tras mirarle directamente a los ojos muy agradecida – te quiero mucho hermanito, eres genial ¿lo sabías?
- Sí, para lo que quieras, ya te lo dije – se rió – y ahora será mejor que bajes y te lleves a pasear a tu novio, se está comiendo de nuevo la cabeza con lo de su madre y me está poniendo enfermo – puso los ojos en blanco y se agarró el estómago para dramatizar aún más la situación. Le besé rápidamente en la mejilla y salí disparada hacia la planta de abajo. Denzil me estaba esperando sentado en el sillón, cuando me vio sonrió.
- ¿Ya has terminado?
- No, - le sonreí al ver la confusión en su cara – pero Edur lo hará por mí, dice que estás un poco triste y me ha sugerido que mi compañía te alegraría así que… ¡Aquí estoy!! – le respondí botando en mis propios pies.
- Ya veo – se rió de mi entusiasmo, me agarró de la cintura y me atrajo hacia él - ¿Y qué te gustaría hacer ahora? – me dijo con sus labios pegados a mi oreja lo que me hizo estremecer.
- Bueno yo…, yo… - estaba a punto de juntar mis labios con los suyos cuando mi querido hermano carraspeó desde la parte de arriba.
- Chicos si no os importa prefiero no tener pesadillas – le gruñí internamente, pero Denzil comenzó a reírse, me cogió de la mano y me susurró:
- Más vale que le hagamos caso si no queremos que nos vomite encima – su humor me animó y se me pasó de pronto el enfado.
- Tienes razón. ¡¡Lo siento, ya nos vamos!! – le grité a mi hermano “y gracias por todo, te debo una”
- Ok – fue su respuesta.
Salimos de la casa de nuevo paseando lentamente por las calles hasta que llegamos al parque por donde solíamos pasear, los alrededores estaban llenos de cafeterías y tiendas, a lo mejor le apetecía hacer algo diferente. Entonces vi una heladería a la que me encantaba ir con Libia, pues en ella hacían los mejores helados de todo el país.
- ¿Te apetece un helado?
- ¿Ahora?
- Si, ahora.
- Ummmmmmmm – vaciló – vale, pero solo si compartes conmigo – me sonrojé, pero asentí – de acuerdo ¿a cuál quieres que vayamos?
- A aquella, es la mejor – le dije señalando la heladería Mama Mía. Sonrió, me cogió de la mano y juntos atravesamos el parque para comernos un helado juntos. Sonreí. No tenía de que preocuparme, Denzil era perfecto, me quería y yo a él nada estaba mal entre nosotros.


Fin del capítulo

Bueno espero les haya gustado jejejejeje, pero en los capis siguientes se pone de lo mejor ¿a que si Paula? jejejejeje, besitos.

2 comentarios:

  1. si si estrellita se pone muy interesante asi que a leer el cuarto chicas jaja ! besooss
    espero que les gusteee!

    paauli.

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  2. olap como tu blog me encanta le e dado un premio
    en mi blog :
    www.un-mundo-oscuro.blogspot.com
    bss
    aLBa!!...

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